Tina Dico es una belleza nórdica, pero su caripela de porcelana y su angelicalidad inalcanzable son sólo el perfecto moño para una de las voces más hermosas que he escuchado. Sus canciones son pequeñas, de emociones contenidas, aunque a veces se desatan hasta la furia, como en el final imparable de "Let's Get Lost", con esas guitarras que gritan y lloran.

Tina Dico también canta a veces con Zero 7, una banda que me gusta mucho pero que hasta ahora lo mejor que me ha dado son los discos de dos de sus cantantes, este y el de Sia Furler, dos verdaderos hallazgos.

Los cortísimos 23 minutos de Far podrían ser utilizados por la medicina porque son una fantástica prueba de vida, quien no reacciona y tiembla ante tanta belleza, que quieren que les diga, está muerto.