Si algo jamás pensé es que alguna vez iba a recomendar un disco nuevo de Metallica. Podría hablar de las maravillas de Master Of Puppets, pero esa época les quedó tan atrás que todo el mundo los consideraba absolutamente perdidos. Esta bien, dieron un puñado de discos impecables e imprescindibles, pero terminar tan pedorros, tan multimillonarios, tan tacaños, tan angustiados por perder un par de dólares con el Napster... en fin, era patético. Y quizás sigan siendo todo eso, pero ahora acaban de grabar su mejor disco en 20 años. Y no sólo es bueno en comparación con toda la porquería de los 90s, sino que es bueno en serio. Al parecer hay un productor atrás que se dedicó a algo que suena tonto: hacer sonar a una banda como sonaron antes, como saben sonar. Más allá del proceso, el tipo lo logró y Metallica vuelve a ser una banda rápida (por dios, gracias por volver a la velocidad!), intrincada e hiriente. Riffs asesinos, Ulrich cagando a palos su batería y Hetfield cantando como hacía mil años y mil rehabs no hacía. Y de nuevo, la velocidad, esa que partía el cuello de los pendejos headbangers en los 80s, esa incitación a dejarse crecer el pelo y revolearlo. Es que Metallica en su época de oro siempre fue una banda complicada y técnicamente brillante que generaba un efecto bien básico: ese que genera el metal más crudo y que es tan difícil de describir.

Death Magnetic es sencillamente un disco excelente. No es mejor que Master Of Puppets pero es increíble que estos tipos hayan vuelto a sonar de este modo. La fórmula es la misma que antes, ahi no hay nada nuevo, de hecho en el disco casi no suena nada que no sea bajo, guitarra y batería. Pero hay una especie de inyección de vida, muy buenas nuevas canciones, geniales riffs y ni un segundo de relleno ni de paz.

Ahora sólo falta que no les joda que te lo bajes gratis y cartón lleno.